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No repetir lo del último encuentro
En la preparación del partido ante Atlético, el entrenador tiene en mente la derrota del pasado 27 de febrero por la Liga, donde el equipo no puso lo que tenía que poner y fue vencido justamente; de modo que toda la energía está puesta en no repetir lo del último encuentro ante el equipo de Simeone.
Zidane y su obsesión por no repetir lo del último encuentro con el Atlético
Solo una cosa nubla la emoción de Zinedine Zidane para la final de Champions League y es el recuerdo de aquel fatídico 28 de febrero. Ese día, el entrenador francés vio a su equipo sucumbir en el Bernabéu ante el Atlético de Madrid que propuso un partido físico y friccionado y que sus jugadores no quisieron, no supieron o no pudieron oponer una digna resistencia. Los rojiblancos ganaron por 0-1, y Zidane encontró en la derrota, un problema de actitud. Todavía se recuerda su enojo público frente a la prensa:
“A mis jugadores les he dicho que hay que seguir, no puedo estar contento, ni ellos; pero no tenemos que bajar los brazos pase lo que pase. Tengo la idea bien clara, en un partido así había que hacer más, correr más, meter más la pierna porque contra el segundo, si no lo haces más que él pasa esto”.
Por aquellos días, Zizou llegó a dar la Liga por perdida y pronosticó que “el próximo año tendremos que cambiar a lo mejor y va a haber cambios, también se puede cambiar de entrenador”. Por suerte pudo revertir la situación y hoy se encuentra listo para dar pelea frente al mismo rival, que le propondrá lo mismo, con similares armas, mañas y rigor táctico.
La condición física será fundamental para no repetir lo del último encuentro. El Atlético de Madrid llega con cierta ventaja a la final de Milán, básicamente porque va a jugar como siempre lo hace, dándolo todo en el campo desde el primer minuto hasta el último, y sus jugadores están física y mentalmente preparados para el juego que proponen. El entrenador está trabajando en Valdebebas en esta hipótesis, con situaciones donde se saque el mayor provecho al balón parado, al esfuerzo defensivo de todas las líneas, y sobre todo exige a sus jugadores que vayan a por todas en los balones divididos. Si se consigue esto, confía en que su tridente ofensivo hará la diferencia.