Lo de Pogba terminó en una locura

En un contexto de remate y mal humor, el Real Madrid terminó por desechar la operación por el francés Paul Pogba. En términos concretos, al día de hoy, el objetivo de traer al centrocampista franco-guineano es un imposible. En el club no se quiere hablar de la contratación del jugador de la Juventus que ha colmado la paciencia de la secretaría técnica, a pesar de que se trata de un pedido especial de Zinedine Zidane para este mercado de pases.

Pogba se cayó de la lista

El “diario As” publicó este lunes que la máxima dirigencia merengue está hastiada de la negociación por Pogba. El entorno del jugador ha producido un mal humor indescriptible por la poca cordura que parece traslucir con los saltos permanentes en las pretensiones. Mino Raiola, representante del futbolista se ha montado en un caballo con el que Florentino Pérez se cansó de galopar y el costo de la operación terminó disparado hacia niveles inimaginables.

Las cifra de 120 millones con la que se han descolgado por un jugador, de indiscutible potencial pero incomparable con verdaderas estrellas mundiales que tienen esa cotización, fueron calificadas como “locas” por el Presidente del club merengue.

Desde un primer momento se impuso una barrera racional que, a regañadientes, se acordó en 100 millones de euros, tal como se llegó a filtrar hace varias semanas. El afán de Raiola por estirar la cuerda hasta el límite, y la coincidencia de intereses con un Manchester United que no tiene problemas a la hora de sobrepagar por encima del mercado cuando quiere llevarse una estrella,  terminaron de echar por tierra los genuinos deseos del jugador de jugar en el Real Madrid.

No resulta casual  que dos jugadores de la talla de Ibrahimovic y Mkhitaryan también pertenezcan a la nómina de futbolistas de la agencia de Raiola. Con la colaboración de Jorge Mendes, Pogba terminará emigrando a Old Trafford donde el bolsillo parece no tener fondo.

La directiva del Real Madrid ha decidido abandonar definitivamente la inútil puja en la que nunca se sintió cómoda ni segura de lo que estaban haciendo. Por eso, al hablar de la operación muestran un fastidio que los saca de quicio.