No hay más secretos en una relación que Real Madrid y Álvaro Morata están obligados a reconducir de manera inmediata. El delantero madridista, de sentimiento y de contrato, está citado el próximo miércoles para pasar reconocimiento médico y viajar con destino Montreal para incorporarse a la disciplina de trabajo impuesta por Zinedine Zidane.
Morata no las tiene todas consigo. Quiere jugar, sentirse importante, algo que logró en la Juve pese a mantener una relación un tanto fría con Allegri y que le ha prometido Antonio Conte en el Chelsea. El técnico italiano habló con él durante la Eurocopa y prácticamente lo hace a diario contándole el proyecto que tiene en su cabeza para él y para los que pueden ser sus compañeros en la Premier.
Zidane llamó a Morata para hacerle ver que cuenta con él, que quiere tenerle a su lado. La conversación no duró más de dos minutos
El club inglés pone sobre la mesa, de momento, 60 millones de euros para lograr su fichaje y un importante contrato para el jugador superior al que ya tiene con el Real Madrid y que fue firmado y rubricado antes de su marcha a la Juve. Las dos partes (club blanco y agente del jugador) tienen pendiente una reunión para hablar de una mejora de contrato que todavía no se ha producido. Ni ha firmado ni han negociado el tema económico por el momento.
Zidane llamó a Morata para hacerle ver que cuenta con él, que quiere tenerle a su lado. La conversación no duró más de dos minutos, pero el francés esperar tener la oportunidad de volver a hablar con el delantero esta misma semana en Montreal y explicarle al detalle el papel que puede jugar en el Real Madrid.
El delantero duda de ese papel. Sabe que en este inicio de temporada, el próximo día 9 de agosto el Real Madrid ya tiene que hacer frente su primer partido oficial con la Supercopa europea en juego, se va a convertir en imprescindible por aquello de la lesión de Cristiano Ronaldo y por la fecha de regreso de Gareth Bale a los entrenamientos.