Si el permanentemente mutante mercado de fichajes no dicta otra cosa a lo largo de las próximas semanas, Isco sigue una temporada más vestido de blanco.
“ Isco sigue, es jugador del Real Madrid y no se va a mover”, disparó Zidane en Italia hace varias semanas, poco después de alzar la Undécima en Milán. De esta manera quiso ahuyentar a los clubes interesados -que los hubo- en reclutar al mediocampista malagueño. El protagonista sabe que cuenta con el respaldo deportivo del que manda y ahora será su trabajo diario el que marque cuál es su estatus durante el nuevo curso.
Con una BBC a la que por el momento nadie le puede toser y mediocampistas como Modric que tienen un rol similar, tiene claro que parte en desventaja, como también que ha llegado a la conclusión de que lo más aconsejable es permanecer en el Real Madrid. No es el mejor escenario para un futbolista de su categoría, sabedor de que vestido con otra camiseta tendría otra consideración. Antes de que finalizara la pasada temporada, su destino apuntaba a otra cosa; no se podía descartar su salida del club, sobre todo si el ejercicio hubiera acabado con el casillero de títulos a cero, lo que hubiera provocado con total seguridad una profunda revolución. Sucedió lo contrario y las aguas blancas se calmaron.
Con una BBC a la que por el momento nadie le puede toser y mediocampistas como Modric que tienen un rol similar, tiene claro que parte en desventaja
Cuando Zidane se hizo cargo de la plantilla madridista, dos jugadores aparecieron es escena como elementos a reactivar con urgencia y recuperar para la causa. Uno de ellos -James Rodríguez era el otro- era Isco. Muy distanciados ambos de Rafa Benítez, el francés se propuso sacar a flote tanto talento desaparecido. El centrocampista andaluz le acabó ganando la partida al colombiano; escuchó algún que otro silbido por parte de la grada del Santiago Bernabéu, pero acabó la campaña ofreciendo lo que le pedía el nuevo estratega. En esta nueva sabe que deberá dar un plus para seguir siendo bien valorado por el entrenador.